Las estancias de investigación suelen ser vividas desde fuera como un imperativo académico para conseguir currículo. Nadie me avisó que son ocasiones excepcionales para tejer redes afectivas con compañeras que, aunque trabajen lejos, sentimos de forma muy similar el proceso investigador. He tenido el placer de compartir 3 meses con Luz Alexandra Garzón Ospina, profesora de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, hablando de mujeres de las que nadie ha hablado, de mujeres invisibles para una historiografía androcéntrica y clasista: las que habitaron el Asilo de Ningunaparte en Bogotá y la sala 20 en Málaga. Esta «conversación» tuvo lugar en el Centro Andaluz de las Letras con la coordinación del Instituto de Investigación de Género e Igualdad de la Universidad de Málaga y contamos con la moderación de su directora, Carmen Cortés Zozobras.



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